Si estás por realizar una travesía de muchos kilómetros en tus vacaciones de invierno, prestá atención a estas recomendaciones y disfrutá del mejor viaje posible.
Llegamos a mitad de año y es momento de darnos un descanso para arrancar la segunda parte con más energías. Las tan anheladas vacaciones de invierno están acá y muchos pensamos en agarrar el auto para viajar a otra ciudad y disfrutar de algunos días junto a nuestra familia o amigos, cerca del mar o de la montaña. Sea cual sea el destino que elijas para estos quince días off, lo importante es que el auto esté en condiciones antes de salir a la ruta. Aquí te damos consejos para que te prepares de la mejor manera y también puedas sobrellevar el viaje largo en auto sin complicaciones:
- Descansá bien antes de manejar: un viaje largo en auto resulta físicamente agotador, y más aún, si manejás por rutas desconocidas o con mucho tráfico. Los conductores deben haber dormido bien previo a la travesía y si es posible, realizar técnicas de relajación para mantenerse plenamente conscientes de su entorno durante el viaje. Esto no solo se limita al chofer: los pasajeros descansados también ayudan a reducir el estrés en el coche.
- Comprobá la puesta a punto del auto: ¿quién no vivió o conoce a alguien que quedó varado en medio de la ruta y empezó sus vacaciones de la peor manera, perdiendo tiempo y dinero por no chequear el vehículo antes? Evitate un mal trago y asegurate de revisar el ‘Triángulo de la Seguridad‘ antes de tu viaje. ¿De qué hablamos? Suspensión, neumáticos y frenos son las tres aristas clave a chequear con una visita al servicio técnico de tu concesionaria. También encargate de revisar la alineación de los faros y que no llevás ninguna lámpara fundida, así como los niveles de aceite y refrigerante. Si tenés que añadir lubricante, hacelo siempre con el motor frío y el auto estacionado en llano. Nunca lo llenes hasta el máximo, ya que, al igual que el refrigerante, debe estar entre mínimo y máximo, pero no llegar al tope. En caso de viajes con hijos menores de edad, no olvides sujetarlos a la sillita que corresponda según la edad o el peso que tengan. También, debe haber un matafuego de 1 kilo, espejos retrovisores en ambos lados y balizas portátiles por si debés parar en la ruta por algún imprevisto.
- Asegurate de que haya asientos libres en el vehículo: siempre es genial y divertido viajar con toda la familia, pero en viajes con muchos kilómetros por delante no es conveniente que todas las plazas del vehículo vayan ocupadas. Esto no solo se recomienda por comodidad de los pasajeros, sino también para tener mejor ventilación interior y repartir correctamente las cargas en el auto.
- Tomá comidas ligeras y bebé mucha agua: evitá esa sensación de saturación y cansancio que se tiene tras una comida pesada y no dejes de ingerir líquidos antes de arrancar tu viaje largo. No beber es casi tan peligroso como ir borracho al volante.
- Tené los papeles en regla: además de preparar la valija, tenés que controlar que estés llevando todo lo que necesitás para salir a la ruta, y eso incluye contar con la documentación obligatoria para poder transitar por nuestro país. ¿Qué necesitamos? Documento de identidad, Licencia Nacional de Conducir, cédula verde o cédula azul, comprobante de seguro en vigencia, comprobante de pago del impuesto a la radicación del vehículo, RTO o VTV en las provincias que en sea obligatoria, patentes legibles, normalizadas y sin aditamentos.
- Utilizá herramientas de navegación: un buen GPS o una aplicación en tu Smartphone que te ayuden en el recorrido, resultan herramientas fundamentales que no deben faltar en viajes largos. Te permitirán tomar los caminos correctos y estar al tanto del estado de la ruta, así como de sitios de interés, kioscos y estaciones de servicio.
- Conducí por tramos: ya en la ruta, hacé pequeñas paradas cada dos horas. Está comprobado que a partir de ese tiempo aparecen signos de fatiga física, con el consiguiente perjuicio para la atención de quien maneja. Además, estar muchas horas sentado puede provocar alteraciones venosas en las piernas. Por eso, tomate unos minutos para estirar las piernas, ir al baño y tomar agua. Si lográs hacerlo en lugares interesantes como atracciones, paisajes o monumentos históricos, ¡mucho mejor! Estos pequeños breaks ayudan a la concentración del conductor y permiten liberar las tensiones que ocasionan estar al volante.
- Conducí por turnos: en el caso ideal, encontrá un compañero de conducción y vayan turnándose hasta llegar al destino. Por ejemplo, uno hace el primer tramo de dos horas y el otro, las siguientes. Esto permite que cada conductor descanse y aumente su concentración.
- Garantizá la mejor óptica: es importante mantener una buena visión y evitar alteraciones oculares que pueden enturbiar la vista. Es clave tener una buena visión de todos los espejos y chequear que ningún objeto ni ninguna persona los obstruyan. En caso de tener algún defecto visual, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, es preferible no realizar el viaje por la noche.
- Prestá atención a tu postura: la postura correcta del conductor es sentado con la espalda pegada al respaldo y en un ángulo de 90º con respecto a las piernas. El cinturón de seguridad tiene que estar siempre bien anclado. Lo mismo para los pasajeros: deben tener una postura similar con los cinturones de seguridad bien ajustados. ¿Cuáles son los NO de la postura? No es aconsejable que el respaldo esté ni muy adelante ni muy atrás. Además, el conductor no debe utilizar ningún sistema de reposo o almohadilla para la cabeza, ya que podría relajarse y disminuir los reflejos y la atención al volante.
- Ocupate de la temperatura interior del vehículo: si el vehículo tiene climatizador o aire acondicionado, hay que mantener una temperatura de confort evitando corrientes de aire frío directo, además de tapar las ventanillas traseras en la zona en la que el sol dé de lleno. Es aconsejable no conducir cerca del mediodía, porque son las horas más calurosas.
- Relajate post viaje: el viaje largo no termina en el destino. Asegurate de hacer estiramiento de piernas y manos luego de toda la travesía para tener una correcta circulación en todo el cuerpo. Si descansás con las piernas sobre un banco, mucho mejor. Además, tomate algunas horas de siesta para renovar energías y seguí ingiriendo comidas ligeras y mucha agua hasta tres horas después de finalizado el viaje. Darse una panzada inmediatamente posterior a llegar a destino es casi tan malo como hacerlo antes de salir a la ruta.
Con todos estos consejos, ya estás más que preparado para lanzarte a la aventura en las rutas argentinas y disfrutar de un descanso más que merecido junto a tu familia o tus amigos.